Un complemento indispensable para fomentar el correcto descanso y evitar posturas incómodas al dormir es la almohada. Similar a un cojín, es fundamental que presente un nivel de rigidez, textura y grosor equilibrados para permitir un descanso libre de molestias, sorteando las lesiones musculares que tantos quebraderos (y dolores) de cabeza dan cuando aparecen.

En cuanto notes que la rigidez ha disminuido, que presentas dolores de cuello al dormir de manera recurrente o que la espuma ha empezado a fragmentarse, lo mejor es que optes por comprar una almohada nueva.

Pero conviene saber también qué tipo de almohada comprar. Y, si vas a optar por adquirir además cojines, debes pensar también en cuáles escoger. En función de su composición y de las características que presentan sus materiales son clasificadas, permitiendo que el usuario pueda escoger el tipo de almohada o cojín que más se adapte a sus necesidades.

A día de hoy, por sus múltiples propiedades y por la ambivalencia y comodidad que es capaz de ofrecer, comprar una almohada viscoelástica suele ser lo más recomendable, puesto que son capaces de ofrecer un nivel de comodidad muy superior mientras su durabilidad se mantiene, gracias, en gran medida, a la elasticidad de sus fibras y al nivel de resistencia general que presenta.

Si tienes pensado comprar cojines para tu cama o para tu sofá, debes tener en cuenta también el tipo de materiales con los que están confeccionados. Una de las mejores posturas para dormir es de lado, con las piernas levemente flexionadas, en posición fetal, y con un cojín entre las piernas para evitar lesiones cutáneas del roce piel con piel.

Los cojines también pueden usarse para apoyar la cabeza por las noches, a modo de sustituto de una almohada. Aunque lo normal y más recomendable es utilizar una almohada, debido en parte a su longitud y a lo cómodo que resulta maniobrar con ella cuando el cuerpo se mueve de manera involuntaria por las noches.