El mobiliario es uno de los elementos que más han cambiado a lo largo del tiempo. Este ha ido adaptándose a las nuevas situaciones, las nuevas tendencias y al nuevo panorama económico. Los muebles de madera maciza han perdido su gloria con el paso del tiempo, utilizándose otro tipo de materiales más económicos, o mezclas. En el caso de los sofás, vemos un cambio considerable en cuanto al diseño, pero también en cuanto a la utilización de los materiales. Por ejemplo, el cambio de los tradicionales estampados de los sofás clásicos, o aterciopelados, por tapicerías de sofás de piel, tapizados antimanchas y otro tipo de tejidos.

En este artículo vamos a entrar en detalle sobre cuáles son las diferencias entre los sofás clásicos y entre los sofás modernos. Analizamos los modelos de sofás clásicos y los modelos de sofá modernos y explicamos cuáles son los cambios que han surgido con el paso del tiempo. Sigue leyendo este artículo para más información.

Historia del sofá

El origen del sofá se remonta a la época de los egipcios, hace ya millones de años. Antiguamente, los sofás solamente eran utilizados por los reyes, los cuales eran considerados como descendientes de los dioses, por lo cual tenían el privilegio de utilizar estos muebles. Además, los sofás —a parte de la comodidad que proporcionaban— servían para elevar a los dioses de la tierra, adoptando una posición de superioridad. Era considerado un símbolo de riqueza.

Los sofás clásicos y los sofás modernos han cambiado mucho con respecto a estos muebles primitivos del antiguo Egipto. Ahora bien, estos pasaron por la época de los romanos —quienes realmente los popularizaron, trasladando la comodidad a los hogares— y por la Edad Media, donde solo las clases más acomodadas contaban con uno de estos muebles.

Diferencias estructurales entre los sofás de estilo clásico y los sofás modernos

Los sofás de hoy en día no tienen nada que ver con los sofás del pasado, tampoco con los sofás clásicos. La estructura de estos últimos —en comparación con los modernos— se caracteriza por constar de un gran armazón de madera de pino y con asientos de chicha de nea, la cual resulta muy resistente, pero algo incómoda debido a su dureza. Además, los cojines que poseían los sofás clásicos eran de pequeño tamaño y estaban hechos con rellenos diferentes, en comparación con los rellenos de los modelos de sofás modernos —más grandes y mejores para el descanso—.

El diseño de los sofás modernos comenzó a consolidarse en la época de los 60. En aquel entonces hubo un antes y un después ya que se cambió el material utilizado, así como el color y el formato. Mientras que los modelos de sofás clásicos se centraron en la estética, persiguiendo, sobre todo, la elegancia, los modelos más modernos se adaptaron a la comodidad, aunque también a la estética —pudiendo encontrar una gran variedad de diseños de todo tipo y tapizados varios—.

Diferencias de diseño entre los modelos de sofás clásicos y los modelos de sofás modernos

La decoración clásica, en la cual se incluyen los sofás y los sillones, se caracteriza por ofrecer una gran elegancia. El clásico es un tipo de decoración que bebe del barroco, es decir, se cuidan mucho los detalles para proporcionar elegancia, calidez y sofisticación llena de lujos. Los sofás de estilo clásico cuentan con estos detalles, con respaldos de madera y tallados de lo más cuidados.

Como comentábamos más arriba, el tamaño de los cojines es más pequeño y el relleno es distinto. Además, muchos de los modelos de sofás clásicos estaban hechos de piel, lo cual también es muy frecuente en el diseño de sofás modernos. Ahora bien, la diferencia entre estos dos materiales radica en el color. Por lo general, para el diseño de los sofás clásicos se utilizaba piel marrón mientas que para los actuales puede combinarse cuero negro e, incluso, cuero blanco.

Así mismo, pueden encontrarse una gran cantidad de sofás de estilo clásico que cuentan con una robusta estructura de madera, en la cual se incluyen los apoyabrazos. Esta es forrada de tela y acolchada en algunas zonas —como en el asiento y en el respaldo—. En cuanto a los colores de los distintos modelos de sofás clásicos con respecto al diseño de los sofás modernos hay que destacar que estos muebles tienen unos colores más claros, con tonos pastel. Los sofás clásicos eran mezclados en varias ocasiones con dorados viejos, como los sillones orejeros. El estampado era uno de los diseños más utilizados para el tapizado de los sofás chéster. En cuanto a las patas, estas eran de gran calidad, torneadas y hechas de madera muy resistente.

Se trata de muebles muy voluminosos y con un cuidado excesivo por los detalles. Los sofás modernos están disponibles también en una gran cantidad de formatos. La diferencia principal radica en su forma, aunque también en los acolchados de asientos y respaldos, mucho más cómodos. Además, los sofás modernos están disponibles en una gran cantidad de colores y tapizados, como el cuero, los tejidos sintéticos e, incluso, materiales repelentes a los líquidos para evitar cualquier mancha.